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El Ficci tiene nuevo director artístico

  • Aljure primer director de la Dirección de Cinematografía del Ministerio de Cultura y una pieza clave en el proceso de formulación de la Ley de Cine. Foto: Colprensa
    Aljure primer director de la Dirección de Cinematografía del Ministerio de Cultura y una pieza clave en el proceso de formulación de la Ley de Cine. Foto: Colprensa
10 de julio de 2018
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Oriundo de Girardot (Cundinamarca) y con 60 años, Aljure fue creador de la primera ley de cine en el país, la cual revolucionó el séptimo arte y llega con el objetivo de hacer del Ficci un espacio reflexivo que se conecta con todo su público en su edición 59 que se llevará acabo entre el 6 y 11 de marzo de 2019 en La Heroica.

“El festival no va a estar de espaldas a Cartagena, Colombia o su cine. El Festival Internacional de Cine de Cartagena (Ficci) va a tener un color muy fuerte en lo reflexivo. El país debe entender que el cine es una herramienta de expresión que busca cada día reconectarse con su público”. Así habla Felipe Aljure recordado director del séptimo arte colombiano por sus películas como La gente de La Universal, El Colombian Dream y Tres escapularios, que será estrenada próximamente.

Bastaron un par de cafés y unas horas de reflexión con llamadas para que Felipe aceptará la propuesta de la junta directiva del Ficci que lo invitó a que ser el nuevo director artístico tras la salida de la productora, Diana Bustamante, quien estuvo en el cargo durante cuatro ediciones de la muestra más importante de cine en América Latina.

Colprensa habló con él sobre este nuevo reto en su carrera y sus principales objetivos para el festival en medio del cambio de Gobierno.

¿Por qué aceptó la dirección?

Vea, a mí me llamaron para contarme la propuesta y yo soy más director de cine y gestor cultural que otra cosa, entonces en un primer momento no estaba seguro de aceptar. Pero en la medida que fui hablando con la junta directiva del Ficci y entendiendo la dificultad con la que se hace ese festival, empecé a ver las posibilidades de hacer algo importante en esta coyuntura del cine colombiano, me fui entusiasmando y las dudas se diluyeron hasta llegar aquí.

¿Cómo recibe el festival?

Con gran expectativa, mucho optimismo y ganas de que el país converja en reflexiones que muevan el cine hacia adelante. Quiero conectarme con el público y recuperar su capacidad de generar pensamiento, debate, polémicas, unanimidades, de generar rechazos y eso claramente es un elemento que tiene la capacidad de modificar la cultura, curarla de sus patologías, señalarle sus defectos, errores y aplaudir sus virtudes.

¿Por qué hay un desencuentro entre el Ficci y el público?

“Yo creo que el Festival ha tenido ciclos exitosos –el de Víctor, Mónica y Diana– que han conquistado en su momento terrenos que eran ajenos al festival y que ahora están ahí. Ahora toca interpretar esas nuevas señales que nos manda la cultura y el cine, desde los logros del festival y la convergencia con las nuevas realidades culturales crear un discurso que sea coherente.

Mire, el Ficci tendrá un discurso nuevo, una evolución del festival que está pasando por una curaduría porque debemos reflexionar y ser coherentes para frenar el desencuentro que se ha visto y que queremos convertir en un reencuentro. Se debe dar una nueva mirada y entender que nadie va a ver igual 140 películas porque casi uno tiene tiempo de hablarlas o reflexionarlas y luego en la memoria hay una confusión, entonces cada una de ellas tendrá una manera distinta de recorrer de acuerdo a los intereses y gustos del público.

No solamente se trata de juntarnos a ver una serie de películas porque eso lo podemos mandar por internet. Se trata de verlas, comentarlas, hablarlas, reflexionarlas, de que los invitados y los autores de esas películas tengan oportunidades de juntarse con la gente de todos los niveles: los cineastas, los cinéfilos, familias cartageneras, entre otros”.

¿Qué tiene en mente para disminuir esa brecha?

“Es probable que estemos pensando en eventos, para esta edición que llega el otro año, en donde grupos humanos que no han podido expresarse, que han tenido una mordaza de cara a realidades que los han tocado, puedan hacerlo al entregarles una herramienta que les permita contar su historia y dejarse tocar de otras a través del cine.

La alfabetización audiovisual ha sido un poco intuitiva. La gente es inteligente, ahora se tiene una tablet en el bolsillo y una sala de edición en el computador que les permitiría hacer cine entonces el objetivo es seducirlos con lo propio, con lo del país. Hay que recordar que el cine es confuciano porque el que oye olvida, el que ve recuerda, pero el que hace aprende y las películas son escuelas que llevan al diálogo, la reflexión en espacios que deben ser para todos”.

¿Qué no se encontrará en el Festival?

“El festival no va a estar de espaldas a Cartagena, Colombia y su cine. El festival va a tener una tilde muy fuerte sobre el cine caribeño y el cine latinoamericano, seguirá influyendo. Nosotros deportizamos históricamente el cine, es decir, y eso es algo que se debe dejar en el olvido.

Tenemos claro que el cine y la televisión en este país ha creado mucha nacionalidad porque hay rincones olvidados y allí es cuando se siente propiedad de la tierra en la que nacimos. Entonces yo creo que es importante devolverle al cine esa capacidad que tiene para generar reflexión, para identificar opiniones sobre las condiciones humanas y el momento histórico del país y darle ese valor, es decir, yo quiero ser una mejor persona cuando salga de un festival de cine después de haberme visto 30 o 40 películas y que nadie me diga esta es mejor o peor porque será calidad”.

¿Qué quiere lograr?

“Ya es hora de que el cine vuelva a ser generador de pensamiento cinematográfico y de reflexión, entonces creo que el Ficci empezará a caminar hacia allá, tiene la voz y los quilates. Hay suficiente producción para ese objetivo porque el cine toca todos los estratos de la sociedad y eso ha sido una resistencia que hay que mantener, es momento de empezar a hacer un cine más con pincel que con brocha”.

¿Qué significa que el Ficci se realice en Cartagena?

“Yo creo que se haya realizado 58 veces en Cartagena es la combinación que lo hace especial. Seguramente si fuera el primer festival de cine de La Heroica pues sí sería importante porque la ciudad es un destino y una arquitectura que está llena de significado, pero el hecho de que se haya realizado tantas veces, cuando ni siquiera había un Ministerio de Cultura, le da quilates y autoridad para hablar sobre cine y ser tribuna nacional del séptimo, es un tema entre el espacio y el tiempo”.

Colombia está en transición de Gobierno. ¿Cuáles son sus expectativas?

“Yo soy optimista porque el presidente electo ha dado señas de tener un apego y cercanía con la economía naranja y eso es de importancia para los sectores culturales y el cine es uno de esos elementos en donde claramente se mezcla la expresión cultural con los aspectos industriales y económicos.

Mis expectativas son altas, pero no me puedo sobreactuar hasta que no tengamos la oportunidad de ver en concreto qué ministro llega, qué pasará en la dirección de cine y Proimágenes y de cara a esas políticas y propuestas nosotros estaremos ahí atentos para armonizar lo que toque y generar la reflexión”.

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