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HISTÓRICO
Antigua aerolínea de narco tiene licencia para volar
  • Antigua aerolínea de narco tiene licencia para volar
Por JOSÉ GUARNIZO ÁLVAREZ | Publicado

No es precisamente el fantasma de Francisco Iván Cifuentes Villa, quien en vida habría sido patriarca de un clan mafioso (según la DEA), el que sigue gravitando por los hangares del Aeropuerto Enrique Olaya Herrera de Medellín.

Es su otrora empresa de aviación, la Compañía Náutica de Oriente S.A. (antes Ltda.) la que ha continuado operando hasta hoy, con el aval de todas las entidades del Estado que intervienen en el control de las operaciones aéreas en el país.

Cóndor S.A., creada en Villavicencio mediante escritura pública el 6 de marzo de 1991, cuenta con permiso de operación vigente expedido por la Aeronáutica Civil, según se lo certificó a El Colombiano, Martha Janeth Cárdenas, la Jefe del Grupo de Divulgación y Prensa, el 19 de julio pasado (ver documento 1).

Dicha autorización vence el 21 de mayo de 2013 (ver documento 2) ante la que obra solo un trámite de suspensión reciente, no solicitado por autoridad alguna, sino por la misma empresa.

Pero que Cóndor S.A. a motu proprio hubiese decidido gestionar la suspensión (que aún no decide la Aeronáutica) no quiere decir que su historia en algún momento se haya detenido: el domicilio y el epicentro de sus despegues es, al sol de hoy, el hangar No. 82 del aeropuerto. Así lo corroboró Airplan, empresa operadora del Olaya Herrera.

“Allí hay guardadas varias avionetas: dos de marca Crusaider, una Aerocomander y una Seneca”, dijo un trabajador de la terminal aérea. El Colombiano estableció que debajo del cobertizo hay parqueada una avioneta hace varios años inmovilizada.

En los registros aparece que el 14 de septiembre del año pasado, por resolución No. 05076, firmada por Adriana Sanclemente Alzate, jefe de la Oficina de Transporte Aéreo de la Aeronáutica, se le autorizó a Cóndor S.A. inscribir dentro de su flota una avioneta Cessna modelo T303, identificada con la matricula HK4281 (ver documento 3). En las bases de datos de la Aeronáutica también aparece registrada a nombre de Cóndor una base en Villavicencio.

Entre el bien y el mal 
Pero la historia de Francisco Cifuentes (a quien llamaban “Pacho”) y la de Cóndor viene de años atrás. Antes de su muerte (abril de 2007) “Pacho” ostentaba un rol público de ganadero y empresario. A través de Cóndor Ltda., este hombre le alquilaba aeronaves a la propia Policía de Antioquia, tal como lo evidencia el contrato No. 14-7-10-184-06, del 12 de diciembre de 2006. El documento lo suscribieron el coronel Sergio Alfonso Vargas C. –en ese entonces comandante de la unidad– y “Pacho”, quien firmó a nombre de Cóndor (ver documento 4).

El helicóptero que Cifuentes puso a disposición de la institución fue el Bell 206L3, de matrícula HK4412, con capacidad para seis pasajeros. La hora vuelo costaba 2’200.000 mil pesos. La aeronave luego terminó al servicio de la empresa paisa Aviel.

El hoy comandante de Policía de Bogotá, el general Luis Eduardo Martínez –quien reconoció haber utilizado el helicóptero en misiones del servicio–, le dijo hace poco a El Colombiano que por esos días tanto Cóndor, como Cifuentes, no tenían requerimientos judiciales. Según documentos de Contraloría, Procuraduría, Cuarta y Séptima Brigada del Ejército, Dian y Dirección Nacional de Estupefacientes (todos conocidos por este diario) Cifuentes  aparecía “limpio” (ver documento 5).

Luego, el 27 de abril de 2007, vino su asesinato a manos de seis sicarios, quienes, vestidos con uniformes del Gaula, llegaron hasta su finca Villa Aurora, en Caucasia. Y, poco después, las noticias de que el mismo “Pacho”, dueño de los hangares 32, 77, 6 y 8C del Olaya Herrera, era informante de la DEA.

Según lo dijo una Fiscal Antibacrim de Medellín, en la audiencia de legalización de captura de Franklin Andrés Vargas, alias “Frank” (diligencia de febrero de 2012) a “Pacho” lo mandó a asesinar “La Oficina”. Un informante que proporcionó pistas para la captura de “Frank”, dijo que a “Pacho” lo mataron porque no quiso entregar las rutas con las que traficaba cocaína hacia Centroamérica.

Los nexos de “Pacho” con la mafia comenzaron a salir del clóset desde el mismo momento de su muerte. Un agente de Inteligencia de la Policía tiene grabado en su memoria un operativo realizado el 12 de diciembre de 2007: inmovilizaron una avioneta en el aeropuerto Internacional Rafael Núñez de Cartagena (de matricula HK 2929P) que tenía registrada la ruta Tocumen (Panamá)-Cartagena-Medellín. En la aeronave, Antinarcóticos halló 2 millones de dólares en efectivo. El piloto, según el expediente, era trabajador de “Pacho”.

Ya, en noviembre de 2010, la Corte del Distrito Sur de la Florida de E.U. le formuló a varios integrantes de la familia Cifuentes Villa, cargos por tráfico de drogas, según el “indictment” No. 07-20508-CR. 

Un año después, el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos y la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) publicaron el organigrama de una transnacional del tráfico de cocaína, en el que “Pacho” aparecía como su más antiguo líder. Pero eso no era lo más grave. Según el documento, los hermanos Francisco, Jorge Milton, Lucía Inés, Dolly de Jesús e Hildebrando Alexánder Cifuentes Villa eran los enlaces en Colombia del capo mexicano Joaquín Guzmán Loera, alias “el Chapo”, nada menos que el hombre más buscado por el FBI, después de Osama Bin Laden.

La acusación en contra de Jorge Milton, hoy prófugo, dice que “presuntamente es responsable de la financiación y la coordinación de múltiples toneladas de cocaína en lanchas rápidas, embarcaciones pesqueras, y aviones a Estados Unidos, a través de Ecuador y México”. También, que antes de 2008 patrocinó con armas a Vicente Castaño Gil, excomandante de las Autodefensas, a cambio de que le prestaran  seguridad en sus actividades de narcotráfico.

Por este motivo, fue que una telaraña de empresas del clan familiar entraron en la lista Clinton. En la relación sobresalen dos firmas de aviación. La primera es Línea Aérea Pueblos Amazónicos s.a.s. (Lapa s.a.s.). Como antecedente está que el 5 de agosto de 2010, Lapa solicitó constituirse como empresa de transporte no regular tipo aerotaxi, con base principal en la ciudad de Mitú, Vaupés (ver documento 6).

El Grupo Avaluador de Proyectos Aerocomerciales de la Aernonáutica, aprobó la solicitud.

La otra compañía que quedó bajo la lupa de los gringos fue Líneas Aéreas Andinas (Lincandisa S.A.), con sede en Quito, Ecuador.

Derrumbe de un clan
El clan Cifuentes Villa comenzaba a desmoronarse. El 9 de febrero de 2010, en una operación que la Policía denominó “Fronteras”, fueron capturadas 24 personas con fines de extradición, entre ellas María Patricia Rodríguez, viuda de “Pacho”, y a quien llaman “la Señora”.

El 6 de agosto de 2011 fue el día para Dolly Cifuentes, hermana de Francisco. La aprehendieron en Envigado. Según la Interpol ella continuaba lavando dinero a través de 32 empresas en Colombia y 17 en el exterior: “Panamá, México, Ecuador, España, Brasil y Estados Unidos”. Aún está pendiente de la extradición.

Con ocasión de esta captura, el general Óscar Naranjo, en ese entonces Director Nacional de la Policía, emitió unas declaraciones que terminaron convirtiéndose en perlas, si se tiene en cuenta la poca información que de “Pacho” Cifuentes supuestamente tenía el Estado. “Francisco Cifuentes, muy reconocido en ese mundo criminal porque fue el piloto más cercano a Pablo Escobar y al Cartel de Medellín”, dijo el general.

En este aparte de la historia surgen varias preguntas. ¿Desde cuándo las autoridades sabían de la relación de Cifuentes con la mafia? ¿Si “Pacho” fue piloto de Escobar por qué en el 2006 no había en Colombia ni siquiera una querella en su contra?

Un antiguo agente de Inteligencia, que trabajó en la lucha contra el Cartel de Medellín, corrobora las palabras de Naranjo. Dice que “Pacho” fue el primer piloto colombiano que llevó un cargamento de droga a México. Recuerda incluso haber participado en un allanamiento en contra de Cifuentes, en el que en vez de coca, hallaron películas del Mago de Oz. El operativo tuvo lugar en un parqueadero de la calle 30 con carrera 45, de Medellín, el 25 de abril de 1997.

Lo cierto del caso es que Cóndor nunca fue intervenida. Sus papeles siempre han estado y siguen estando en regla. Según el Certificado de Existencia y Representación Legal de la Cámara de Comercio de Medellín, la Compañía Náutica de Oriente Cóndor Ltda., pasó a ser sociedad anónima el 27 de abril de 2006, a través de la escritura pública No. 1391. Francisco Cifuentes firmó el documento en calidad de subgerente.

El mismo Certificado consigna como última escritura registrada la No.1402, del 11 de mayo de 2007, es decir, 14 días después de la muerte de Francisco. En ella se lee que Óscar López Arb, obrando como gerente, aumenta el capital autorizado de la sociedad en 400 millones de pesos.

Según el documento, el capital quedó distribuido así: Francisco Cifuentes Villa, con 160 mil acciones, lo que representa el 50 por ciento de la composición accionaria. Aparecen cuatro socios más. Dos con el 20 por ciento de las acciones y dos con el 10.

Lo que no se conocía hasta ahora era que en 2008, Cóndor S.A. cambió de dueño. La compró un hombre que dice no haber adquirido la empresa como tal, sino la razón social. “El 50 por ciento se lo compré a dos hijos menores de ese señor Francisco Cifuentes, representados por la mamá. Y fue el solo nombre, porque yo no compré aviones, eso ya no tenía aviones”. Junto al nombre, también adquirió los permisos de la Aeronáutica. Esta persona asegura que es comprador de buena fe y que lo hizo con el ánimo de tener dónde afiliar sus propias aeronáves.

Ante la pregunta de si conocía rumores de que Francisco Cifuentes era narco, contestó: “Nunca. Mientras está todo legal usted compra. Eso me pasó a mi, yo de inocente compré. De saber que iba a tener problema con eso, pues yo no compro. Entonces yo al ver eso, dije, ‘en cualquier momento me paran la empresa y quedo con los aviones ahí varados’. Por eso voy a comenzar a hacer una empresa legalmente, yo desde el principio”.

El final de Cóndor S.A., agrega el hombre, está cerca. De la antigua empresa de “Pacho” Cifuentes ya solo queda el letrero que cuelga en el hangar 82. Los aviones, los equipos, todo, fue vendido por los socios y descendientes de “Pacho”.

Cóndor siempre fue legal, tan legal como lo fue, misteriosamente, el expediente de su antiguo dueño en Colombia. Sí, porque su prontuario en Estados Unidos dice otra cosa.

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