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“A ustedes, familiares de las víctimas del Club El Nogal, queremos expresarles que estamos convencidos que lo ocurrido ese 7 de febrero de 2003 es algo que nunca debió ocurrir, algo injustificable, más allá de que estuviese motivado en información que señalaba al club como un centro de reuniones para la planificación de operaciones contrainsurgentes, encabezadas por funcionarios gubernamentales y líderes paramilitares”, les dijo el excomandante guerrillero Carlos Antonio Lozada a las víctimas durante un evento de verdad, perdón y reconciliación.
Y esa verdad de las Farc fue liberadora para Bertha Lucía Fries, líder de un sector de las víctimas de El Nogal, quien siempre tuvo esta como una hipótesis, pero nadie se la confirmaba. “Esta verdad es importante para quienes padecieron las acciones de ese grupo guerrillero y que es necesario que las Farc acudan no solo a la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) sino ante la justicia administrativa”, dijo ayer en una rueda de prensa.
La víctima agregó que antes del atentado nunca se pensó que ese club era el centro de la guerra, “pero lo era”.
Aunque Lozada no aclaró quienes se reunían en El Nogal ni cuáles hechos habrían sido planeados en esas instalaciones, por considerar que son asuntos que deben ser conocidos por la Comisión de la Verdad y por la JEP, advirtió que ese argumento no es suficiente para justificar los propios actos de la guerrilla.
“Nunca fue política de las Farc atentar de manera premeditada contra objetivos civiles, y si bien es cierto que en una guerra con las características de la que nos vimos obligados a enfrentar, de una u otra manera, se terminan afectando a quienes no hacen parte de la confrontación, también lo es que, entonces, entendimos que nada justifica que un club social haya terminado convertido en un objetivo de ese tipo. Como no es justificable ninguna forma de afectación premeditada de la población civil, bajo ningún pretexto”.
De la presencia de paramilitares en el Club El Nogal se ha comentado, pero es una versión que nunca ha sido investigada. Por los días del atentado el Gobierno adelantaba diálogos con las Autodefensas Unidas de Colombia para lograr su desmovilización y el ministro del Interior, Fernando Londoño, entonces conocido como el “superministro” y socio fundador del Club, era protagonista en los diferentes aspectos de la negociación.
El exministro, en diálogo con EL COLOMBIANO, dijo que “salieron con el cuento de que habían paramilitares que entraban al Club El Nogal. Mentiras, nunca entró un paramilitar. Por fortuna el Club tiene el archivo de quiénes entraron cada día, a qué hora y dónde estuvieron”.
Lo mismo aseguró Fernando Ruiz, quien era presidente de la Junta Directiva del Club en el momento del atentado al expresar que nunca se dio cuenta que algo así ocurriera en el Club.