Donar tiempo y saberes salva vidas

Se cree que contribuir a salvar vidas puede ser costoso o incluso utópico. Toda ayuda es valiosa.

Fundayama tiene programas para población con cáncer y población sana, para la detección temprana del cáncer de seno y de cérvix. FOTO cortesía

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08 de noviembre de 2018

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En Colombia, cada año se detectan miles de casos de cáncer de mama. Este, junto con el pulmón y el de piel, son los que más afectan a la población femenina alrededor del mundo.

Corría el año 2002 cuando a Claudia Urrego le diagnosticaron cáncer de mama. A partir de allí inició un camino no solo doloroso por lo que implicaba la enfermedad (perder un seno y el cabello, por ejemplo), sino tortuoso y lento por los trámites en la EPS. En noviembre de ese año le negaron la reconstrucción de uno de sus senos, así que buscó asesoría de un abogado, interpuso una tutela y el juez falló a su favor para que la EPS le diera un tratamiento integral. Esta situación la hizo más consciente de todas las situaciones por las que pasan las pacientes y en el 2005, a raíz de los tratamientos y como un propósito de vida, decidió crear la fundación Fundayama.

En la actualidad Fundayama ha atendido cerca de 3.300 mujeres. “Cada año llegan alrededor de 480 pacientes nuevas. Sin embargo, nuestro impacto social llega a 9.000 personas al año”, explicó Urrego, quien destacó la importancia de las campañas que lidera la fundación. “Lo que buscamos es concientizar a muchas mujeres sobre la importancia de un diagnóstico temprano”.

Pero ese impacto no sería posible sin la labor de Fundayama, la cual es realizada en más del 90% por voluntarios: profesores de yoga y terapia ocupacional, tres talleristas de pelucas y cuatro sicólogas. También hay médicos, histo-citotecnólogas y microbiólogas, entre otras. Este voluntariado, liderado por el área de Mercadeo y Comunicaciones, es realizado principalmente por mujeres diagnosticadas de cáncer. “Muchas son pacientes que luego de su recuperación deciden retornar parte de lo que recibieron. También hay personas que se han enamorado de lo que hacemos y deciden donar su tiempo”, resaltó Urrego.

En ese grupo tan valioso de voluntarios se encuentra también la directora de Fundayama, quien es pensionada y ve su labor como una terapia. “La mayor satisfacción es saber que desde el amor y con convicción se puede generar tanto bienestar y ayudar a tantas personas”, resaltó.

Ser voluntario

Muchas fundaciones como Fundayama dependen en gran parte de las donaciones de empresas públicas y privadas, y del tiempo que donan los voluntarios. Si está buscando sumarse a estas causas, una forma de hacerlo es el voluntariado, especialmente desde su área de conocimiento, y siempre y cuando sea una labor con amor y convicción. “Hay mucho por hacer y una de las formas más valiosas de ayuda es el tiempo y conocimiento de los profesionales... gracias a eso realizamos muchas actividades... No es cuánto tiempo donan, sino la calidad del tiempo que donan”, destacó la directora.

Tapitas

Otra forma de apoyar la labor de las fundaciones que luchan contra el cáncer es donar tapas plásticas. Gracias al reciclaje de estas, muchas fundaciones obtienen recursos para apoyar a pacientes de escasos recursos con auxilios de transporte.