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Desde hoy y hasta el martes 13 de febrero a las 6:00 a.m. las regiones en las que tiene influencia el Eln se verán sometidas a un paro armado que se sentirá con fuerza en algunas zonas de Antioquia, Chocó, Catatumbo y Arauca.
Si las cosas se dan como siempre que el Eln imparte una orden como esta, los comerciantes no podrán abrir sus negocios en un fin de semana en el que la gente sale a mercar y a hacer vida social; el transporte estará paralizado y, como en otras ocasiones, los ataques a la infraestructura petrolera estarán a la mano de frentes guerrilleros.
Todo esto ocurrirá pese a que 36 representantes de organizaciones sociales (ONIC, CUT, Redprodepaz, Mesa Social para La Paz, campaña Paz Completa, entre otras) viajaron hasta Quito, Ecuador, para reunirse con “Pablo Beltrán” y su delegación a pedirles que paren la violencia y que se sienten a negociar con el Gobierno Nacional nuevas condiciones para un cese bilateral.
Sin embargo, el Eln insistió que no incumple nada, que acordó con el Gobierno de Juan Manuel Santos mantener unos diálogos de paz en medio del conflicto, que las condiciones no están dadas para retomar el cese bilateral con las mismas reglas y que todo debe ser discutido de manera formal por ambas partes.
Según conoció EL COLOMBIANO, “Pablo Beltrán” dijo en la reunión que “el paro armado no está en potestad de la delegación”, con lo que dio a entender que es una decisión tomada en la que no van a claudicar y evidencia el poco margen de maniobra de los negociadores dentro de la estructura guerrillera.
Luis Eduardo Celis, asesor de Posconflicto de la Redprodepaz, quien asistió al encuentro, aseguró que el intercambio con la delegación de paz del Eln ha sido franco y respetuoso. “Queda en evidencia el choque de la lógica formal de esta guerrilla que tiene razón al argumentar haber pactado un proceso de diálogos en medio del conflicto, y la lógica de rechazo a la violencia luego del alivio del cese bilateral, que obliga al presidente Santos a no volver a la mesa por el amplio rechazo a la reanudación de acciones de la guerrilla y el aleve hecho de Barranquilla contra un destacamento de la Policía”. Agregó que la crisis en los diálogos sigue y habrá que seguir buscando alternativas para su reactivación.
Ni siquiera la participación de la sociedad civil, solicitada tantas veces por el Eln, logró ablandar su postura cada vez más militar y menos política.
Para Ariel Ávila, subdirector de la Fundación Paz y Reconciliación, esa es la muestra de que este diálogo está averiado estructuralmente.
“Para el Gobierno, el Eln es una estructura que no se ha puesto de acuerdo sobre si quiere la paz o quiere la guerra y le ha sido difícil encontrar un conversación coherente con la guerrilla. Por su parte, el Eln siente que el Gobierno se va a acabar y que además no cumple, por lo que es mejor esperar al nuevo presidente. Este proceso no le importa a nadie, o mejor, a algunas organizaciones, casi las mismas de siempre, y eso atravesado por un tema electoral se vuelve más complicado”, aseguró.
Hoy los representantes de las organizaciones volverán a reunirse con la delegación del Eln en un intento por convencerlos de seguirle apostando al proceso de paz.