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Arsenal de “la Oficina”, ¿mito o dura realidad?

La intención de entregar 150 armas como “gesto de paz” genera el debate de la supuesta capacidad bélica de este grupo ilegal. Así es la historia.

  • Esta ametralladora M60 fue ubicada en la finca donde fue capturado alias “Sebastián”. Foto Cortesía
    Esta ametralladora M60 fue ubicada en la finca donde fue capturado alias “Sebastián”. Foto Cortesía
  • Arsenal de “la Oficina”, ¿mito o dura realidad?
  • Arsenal de “la Oficina”, ¿mito o dura realidad?
Arsenal de “la Oficina”, ¿mito o dura realidad?
17 de septiembre de 2018
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En la oficina del abogado de Juan Carlos Mesa Vallejo, alias Tom, máximo líder de “la Oficina”, reposan al menos cinco cartas que han sido dirigidas al Gobierno Nacional y a la Fiscalía, en las que el capo, quien fue capturado en diciembre de 2017, manifiesta su intención de acogerse a un proceso de paz.

En una de esas misivas conocida por EL COLOMBIANO, está la propuesta de “la Oficina”, o como ellos se hacen llamar, “Dirección del Cuerpo Colegiado”, de entregar un arsenal bélico compuesto por al menos 150 armas.

Sobre este tema, Ricardo Giraldo, abogado y representante legal de alias Tom, afirmó que esa es la idea de su apoderado: solucionar un problema de raíz con una real voluntad de paz para el Valle de Aburrá.

“En Medellín nos estamos enfrascando en capturar presuntos líderes de estas estructuras, pero se nos está olvidando los que quedan en las calles, muchachos que quedan esperando a ver qué los van a poner hacer y eso es lo que realmente genera el conflicto”, agrega el jurista, quien además confirma que con la propuesta de las armas, “ellos lo que quieren es contribuir a la paz estable y ayudarle a las víctimas de la violencia”.

Incluso, en otro de los documentos a los que tuvo acceso este diario (ver foto) tiene que ver con una “inédita manifestación formal de voluntad de trabajar por la paz desde los centros de reclusión de Colombia”, que fue firmada por los principales jefes de “la Oficina” como “Carlos Pesebre”, “Tom”, “Beto”, “Douglas”, “Nando”, “Soto”, “Mono Amalfi”, “El Patrón” y “Tatú”.

“Estamos seguros que podremos asumir un compromiso real con nuestro tratamiento penitenciario, que facilite la transición de nuestros liderazgos para contribuir en favor de la paz urbana en la ciudad de Medellín y su área metropolitana”, dice uno de los apartes de la carta que fue enviada al presidente Juan Manuel Santos en marzo de 2018.

Ante este tipo de acercamientos, Ricardo Giraldo aclara que “aquí no se ha hablado de sometimiento como tal, acá de lo que se viene hablando es de un acogimiento a un proceso de paz, de paz real en el área metropolitana”

Claudia Carrasquilla, directora nacional de la Unidad Contra el Crimen Organizado de la Fiscalía, afirma que en el ente investigador no hay avances para recibir las armas mencionadas por “Tom” y sus emisarios en las misivas, e incluso en entrevistas publicadas por medios mexicanos.

Agrega que “eso no hace parte ni del 0,01% del armamento que existe en la ciudad de Medellín en poder de la criminalidad. Dicho ofrecimiento es una burla que está haciendo este delincuente, engañando a la ciudadanía con una supuesta voluntad de ayudarle a Medellín con el tema de la seguridad”.

La historia se repite

Que “la Oficina” ofrezca armas como voluntad de paz no es nada nuevo. El 6 de noviembre de 2015, luego de un acercamiento entre la Fiscalía y varios cabecillas de la mencionada organización ilegal como “Barny”, “Pichi Gordo”, “Saya” y “Douglas”, se materializó la entrega de un arsenal escondido en el corregimiento de Santa Elena, Medellín.

En una vivienda, los funcionarios del Cuerpo Técnico de Investigación (CTI) ubicaron debidamente protegidas para evitar su deterioro, y ocultas bajo un piso de tablas y luego enterradas en canecas, un total de 77 armas entre las que había una subametralladora, cuatro fusiles AK47 y armas hechizas de doble cañón.

“El hallazgo se logra en el marco de un proceso investigativo llevado a cabo por la Unidad de Vida de la Fiscalía y la Policía, se recibe la información, se va al lugar y se hallan las armas encaletadas”, afirmó en ese entonces el comandante operativo de la Policía Metropolitana, coronel John Jairo Rodríguez.

Luego de ubicar el armamento, desde el nivel central de la Fiscalía se decidió frenar los acercamientos, los beneficios jurídicos que buscaban los líderes de “la Oficina” no se dieron, la fiscal que estaba encargada fue trasladada a otra unidad y cualquier negociación futura se vio suspendida, hasta ahora, cuando existe una nueva intención similar.

Armas sofisticadas

Desde el año 2009 las autoridades en Medellín empezaron a comprobar, por cuenta de incautaciones, que “la Oficina” tenía un abundante y sofisticado material de guerra.

Para ese entonces comenzaron a decomisarse las pistolas Five Seven, conocidas como la “matapolicías”, porque disparan munición de un calibre similar al de un fusil y con capacidad de perforar blindajes.

Un año después fueron encontrados, también en la ciudad, un lanzacohetes y un subfusil PS90, de la misma casa fabricante de la Five Seven, en Bélgica.

Pero fue en 2012, tras la captura de Erikson Vargas Cardona, alias Sebastián, cuando se logró dimensionar el poder armamentístico que para ese entonces tenía quien era uno de los principales líderes de ese grupo criminal. En la finca de Girardota donde fue detenido, la Policía encontró 23 armas, entre las que había 10 fusiles Ak47 en perfecto estado, una ametralladora M60, un lanza granadas y otros seis fusiles de asalto, como un AUG de fabricación austriaca y un Scar, armas sofisticadas y escasas en el mercado nacional.

Este tipo de material bélico ha estado directamente relacionado con la violencia que ha sufrido Medellín por cuenta de los grupos armados y su disputa por territorio y rentas ilegales. Uno de los ejemplos tiene que ver con las pistolas Five Seven, que ya tienen varios registros de sangre en la confrontación en el Área Metropolitana.

En julio de 2010, en un bar de la zona céntrica de Envigado, fueron asesinadas ocho personas y cerca de 15 resultaron heridas tras un ataque sicarial, en el cual se utilizaron pistolas Five Seven. Cuatro años después, ocho responsables del crimen fueron condenados y en medio del proceso penal se logró comprobar que ese tipo de pistola se utilizó en los hechos.

Incautaciones no paran

Aunque es imposible decir cuántas armas de fuego tiene “la Oficina” y sus combos en Medellín y el área metropolitana, hay una cifra que está en constante movimiento y es el de las incautaciones.

Desde la Policía Metropolitana manifestaron a EL COLOMBIANO que el trabajo contra los grupos delincuenciales, en especial “la Oficina” y sus combos aliados, no solo está basado en la captura de sus líderes. De hecho ya son más de 3.000 detenidos en los últimos tres años por pertenecer a diferentes bandas que delinquen en Medellín y el área metropolitana.

Desde la Secretaría de Seguridad de Medellín, y aclarando que no se discrimina a qué organización ilegal pertenecían, se conoció que entre el primero de enero de este año y el 31 de agosto se decomisaron 533 armas de fuego en la ciudad, 123 más que en el mismo periodo de 2017.

Con 53 incautaciones, la comuna 10 (Candelaria) es la zona en la que más se han encontrado armas de fuego. Y otro dato de la Secretaría muestra la problemática del material bélico que existe en la capital antioqueña: solo las armas arrebatadas a la delincuencia este año están avaluadas en 1.654 millones de pesos, dinero con el que se podrían comprar hasta 1.100 computadores para dotar diferentes instituciones educativas públicas de la ciudad.

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