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La Unidad para la Atención y Reparación de las Víctimas y la Federación Nacional de Cafeteros formalizaron una alianza para ayudar mediante proyectos agrícolas a 112.910 afectados por el conflicto armado en las regiones cafeteras de Colombia.
El proyecto planteado por el Gobierno y el gremio cafetero prevé abarcar 937.000 hectáreas en 21 de los 32 departamentos del país.
Según datos de la Federación, a nivel nacional hay identificados y registrados 546.000 cafeteros en 598 municipios.
Y de acuerdo con la Unidad de Víctimas, “en Colombia hay 112.910 víctimas cafeteras, en 21 departamentos. El 68,5% de ellas son hombres y el 31,5%, mujeres. En algunos lugares casi la totalidad de la población cafetera fue afectada por el conflicto. En Peque (Antioquia), por ejemplo, el 91% de los cafeteros son víctimas, y en Samaná (Caldas), el 88% tienen esta condición”.
El tiempo de ejecución de este proyecto de carácter público-privado será de cinco años y se espera que en 2020 los resultados de la implementación sean del cien por ciento.
“Esta alianza público privada trabajará en equipo para que los componentes técnicos, logísticos, tecnológicos y demás que sean necesarios, permitan llevar a buen rumbo la ejecución de este convenio”, detalló la Federación Nacional de Cafeteros (FNC) en un comunicado.
La FNC participará además en la campaña nacional “Siembra vida, siembra paz” del Gobierno, que pretende sembrar ocho millones de árboles en varias regiones del país como un homenaje a las más de ocho millones de víctimas del conflicto.
“Cuenten con nosotros. Este convenio nos da la oportunidad de poner nuestra experiencia y capacidad de ejecución en favor de la reparación de las víctimas. Creemos que en lo que está haciendo la Unidad está buena parte de la semilla de lo que será la construcción de la paz en el país”, dijo Roberto Vélez, gerente general de la Federación.
A su turno, Alan Jara, director de la Unidad de Víctimas, declaró: “la tarea de la reparación es enorme. No se puede hacer solo desde el Gobierno. Debe involucrarnos a todos. A las víctimas, por supuesto, pero también al resto de la sociedad. El acompañamiento del sector privado tiene más validez que nunca”.