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Cabecilla de “la Terraza”, internado en clínica por supuesta demencia
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Carlos Marín Ospina perteneció a la Policía Metropolitana, se retiró en 2009 y comenzó a trabajar con “la Terraza”, según la Fiscalía. FOTO: Cortesía Policía.
El expolicía Carlos Marín Ospina, alias “Tombolín”, capturado por ser un presunto cabecilla de la organización criminal “la Terraza”, fue internado en una clínica por un supuesto caso de demencia, situación que la Fiscalía califica como un engaño.
De acuerdo con la información preliminar, “Tombolín” fue atendido este jueves en el Área de Sanidad de la cárcel El Pedregal, donde está recluido desde que la Dijín lo capturó en el municipio antioqueño de Envigado, el pasado 5 de febrero.
El diagnóstico inicial fue “descompensación sicológica”, derivada de su encierro. Fuentes judiciales relataron a EL COLOMBIANO que Marín fue remitido de urgencias a la Clínica de la Policía, ubicada en la frontera de Envigado con Sabaneta.
Recuerde aquí cómo fue la captura de alias “Tombolín”
Allá pasó la noche, y en la mañana de este viernes, cuando lo iban a dar de alta para regresar a la cárcel, de repente entró en estado de alteración y rompió un vidrio. Tras lo sucedido, se canceló temporalmente su retorno a El Pedregal.
La directora Seccional de Fiscalías de Medellín, Claudia Carrasquilla Minami, declaró que “él está fingiendo, esto es un ardid para lograr la excarcelación de cualquier manera y poder fugarse después”.
Por lo pronto, las autoridades están gestionando una evaluación sicológica para “Tombolín” por parte de un perito de Medicina Legal, que certifique las condiciones reales del detenido.
En la actualidad, Marín Ospina enfrenta un proceso penal por cargos de homicidio agravado y concierto para delinquir agravado. Tras la imputación en el estrado, está pendiente de la formulación de acusación por parte de la Fiscalía ante el juez.
El asesinato en el cual está implicado, en calidad de coautor, es el de su excompañero, el patrullero Rodolfo Gaviria Barragán, abaleado por sicarios de “la Terraza” en el barrio Aranjuez de Medellín (2008).
La Policía también lo señala de ser uno de los principales cabecillas de la banda, que delinque en el nororiente de la capital antioqueña, al mando de por los menos 300 hombres. La agrupación se dedica al tráfico de drogas, sicariato, extorsiones, robos, desplazamiento forzado y explotación sexual infantil, entre otras conductas ilícitas.
Uno de los testigos en su contra, según las fuentes, fue amenazado de muerte, lo que complica el desarrollo de la causa penal.
Antecedentes
Esta no es la primera vez que un presunto integrante del crimen organizado del Valle de Aburrá alega problemas de salud para evadir la cárcel. Luis Fernando Mejía Saldarriaga (“Nando”), cabecilla de la banda “Pachelly”, logró que un juez le diera detención hospitalaria en la Clínica del Norte, en Bello, por enfermedad cardiaca, tabaquismo y obesidad (2016); tras varios meses en el centro médico, con vigilancia especial de la Policía, retornó a la celda.
Alirio Rendón Hurtado (“el Cebollero”), cabecilla financiero de “la Unión”, obtuvo la detención domiciliaria por enfermedad coronaria (2011). Otro juez revocó la decisión y lo envió a prisión.
Y en 2010, Daniel Alejandro Serna (“Kener”), cabecilla de “la Oficina”, fue beneficiado con detención domiciliaria por una deficiencia renal. Aprovechó el traslado y se fugó de su casa en Belén, siendo recapturado dos días después en una finca de Angelópolis. Hoy sigue tras las rejas.
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