<img height="1" width="1" style="display:none" src="https://www.facebook.com/tr?id=378526515676058&amp;ev=PageView&amp;noscript=1">
x
language COL arrow_drop_down

100 horas de miedo en la comuna 13 por enfrentamiento entre bandas

  • FOTO JAIME PÉREZ
    FOTO JAIME PÉREZ
17 de agosto de 2017
bookmark

María* no pudo ir a trabajar el pasado miércoles. Tampoco salió de su casa, en la comuna 13, entre el domingo y martes. El temor de quedar atrapada en medio de una balacera o de que sus hijos cayeran por alguna bala perdida la obligó a pasar la noche con sus tres hijos en el piso de una de las habitaciones de su vivienda.

“El sábado yo salí y en la madrugada me llamó un familiar para avisarme que había una balacera. Me dio mucho susto porque mis hijos estaban solos. Traté de venirme de una para la casa, pero mi hermana me llamó y me dijo que no subiera, que no estaban dejando pasar carros y que la balacera era miedosa”, recuerda la mujer.

Solo hasta el mediodía del domingo, más de 12 horas después de que se inició el primer enfrentamiento armado, pudo volver a su casa, donde se encontró con un panorama agridulce.

“La casa quedó como un colador con varios tiros. Pero estoy muy agradecida porque para mi es casi un milagro que con todo y eso, a mis hijos no les haya pasado nada”, dijo.

La lucha armada

Cuando cayó la noche del pasado sábado, el barrio Las Independencias quedó atrapado en medio de fuego cruzado. Sin saber cómo ni por qué los vecinos de ese y otros barrios vecinos revivieron escenas que, según ellos mismos dicen, no vivían hace más de dos años.

“Nos tiramos al piso, nos cubrimos todos y casi que uno encima de otro pasamos la noche”, reveló Andrea*, otra habitante de la comuna 13.

Pasadas las 8:00 p.m. una llamada entró a la línea de emergencias 123, reportando la presencia de un cadáver dentro de una casa abandonada. Al llegar las autoridades se encontraron con que los muertos eran dos: Yesid Humberto Osorio Cartagena, de 22 años, que yacía en un charco de sangre y Jefferson Alexis Puerta Saldarriaga, de 20 años, con tres impactos de bala en el cuerpo.

Los vecinos le dijeron a la Policía que durante la tarde hubo “personas sospechosas” rondando durante la tarde y hasta antes de la balacera.

Cuando las autoridades salieron, de nuevo las armas se activaron y el temor se expandió. María cuenta que los disparos sonaban por períodos de hasta una hora y que la última se sintió en la madrugada del miércoles.

Según James Zuluaga, defensor de Derechos Humanos de la comuna 13, los más afectados fueron los residentes de Nuevos Conquistadores, parte alta, pues allá se instalaron retenes ilegales y se concentraron los cruces armados.

“Tenemos entendido que fue una estructura que se separó de la de “Carlos Pesebre” (cabecilla de “la Oficina” y la “Odín Robledo”, con influencias en las comunas 7, 11, 12, 13 y 16). A las otras bandas no les gustó ese movimiento y empezaron los enfrentamientos. Hubo como seis o siete muertos”, dijo.

Pero los reportes oficiales dan cuenta de que en los cuatro días de guerra hubo tres muertos. El último fue Andrés Felipe Ardila Espinosa, de 23 años, y asesinado con arma de fuego en el barrio El Salado, el pasado lunes. Junto a él estaba un menor de edad que resultó herido.

Por los hechos fue capturado un hombre de 23 años y aprehendido un joven de 16. Este último, según la Secretaría de Seguridad, portaba un arma de fuego que fue decomisada.

Andrés Tobón, secretario (e) de Seguridad de Medellín, aseguró que el brote de violencia en la zona obedeció a la salida de prisión de un integrante de bandas criminales, pero dijo que no hubo paro de transporte.

“La gente no salió más por un asunto de miedo. Paro de buses no hubo”, dijo Tobón y agregó que la presencia institucional se mantiene en la comuna 13, pues es una de las cuatro zonas priorizadas para el manejo por instrucción del alcalde Federico Gutiérrez.

¿Volvió la paz?

Zuluaga dijo que entre los vecinos corrió el rumor de que las bandas se habían sentado a negociar y por eso desde el pasado miércoles no hay eventos de violencia.

María lo confirma: sus hijos volvieron al colegio, ella pudo regresar a su trabajo y los buses operan de nuevo. “Acá nos vinieron a decir que ya podíamos estar tranquilos, que la paz había vuelto”, agregó.

Como recuerdo de las casi 100 horas de horror quedaron los impactos de bala en las casas de tres barrios.

La Personería de Medellín emitió una alerta por la situación de seguridad en la zona pues, según sus registros, 44 familias se han desplazado de la zona por no sentirse seguros.

Te puede interesar

El empleo que busca está a un clic

Las más leídas

Te recomendamos

Utilidad para la vida

Regístrate al newsletter

PROCESANDO TU SOLICITUD