Hombre paseaba un tigrillo por centro comercial en El Poblado

En un centro comercial de Medellín se encontró a un hombre paseando a un tigrillo. FOTO CORTESÍA

En un centro comercial del barrio El Poblado, comuna 14 de Medellín, caminaba un sujeto con su “mascota”, ignorando que el tráfico y la tenencia de fauna silvestre son castigados con penas de entre 4 y 8 años de prisión, además de multas de hasta 8 millones de pesos.

El hecho se presentó el pasado martes en la tarde, cuando un ciudadano llamó a la línea de emergencia 123 para informar que alguien estaba paseando un animal con manchas negras, ojos rasgados y orejas puntiagudas, que no parecía ser un gato.

Según el Teniente Coronel Jaime Perdomo, cuando el sujeto notó la presencia policial trató infructuosamente de emprender la huida. Efectivamente, las autoridades ambientales evidenciaron que se trataba de un pequeño felino silvestre.

El hombre, quien fue judicializado por el delito de aprovechamiento ilícito de los recursos renovables, argumentó, según la Policía, que el tigrillo era su mascota y que lo estaba paseando, como a cualquier animal doméstico.

Aunque el animal no estaba en venta, el Coronel afirmó que en el Valle de Aburrá se presenta comercialización de estas especies, principalmente a través de redes sociales y que un tigrillo como el que fue rescatado, se ofrece entre tres y cinco millones de pesos.

Finalmente el Coronel dijo que “lo más importante fue la llamada y que este animal se encuentra en protección para ser liberado y dejado en su hábitat natural”.

¿A quién afecta la domesticación de animales salvajes?

Las personas deben ser conscientes de que comercializar fauna silvestre no solo afecta a las especies sino también al ecosistema y a los humanos que los acogen, “porque estos animales no están adecuados para vivir en esas condiciones y pueden ser portadores de enfermedades contagiosas”, así lo afirmó Maria Del Pilar Restrepo, subdirectora del Área Metropolitana del Valle de Aburrá.

Juan Guillermo Páramo, director de AnimaNaturalis, explicó que “los animales salvajes nunca olvidan su forma de ser, en un momento determinado pueden sacar sus instintos salvajes y atacar”. El animalista expresó además que, aunque se les brinde cariño y cuidados, estos animales resultan afectan por el cambio de hábitat, de costumbres y de alimentación. “Los animales silvestres no son para tenerlos de mascota, su vida no está en las casas, ni en las fincas, ni en los centros comerciales”.

Según el animalista, el medio ambiente también se perjudica porque cada una de las especies tiene su función vital en el ecosistema.

¿Qué pasa con los animales que rescatan?

Para la protección de la fauna silvestre, el Área Metropolitana del Valle de Aburrá (AMVA) cuenta con el CAV -Centro de Atención y Valoración de Fauna Silvestre- del municipio de Barbosa, donde son llevados los animales que rescata y decomisa a tenedores ilegales, considerando que la fauna silvestre no puede tenerse en casas. Allí los someten a un proceso de recuperación y readaptación para que luego puedan ser liberados en zonas boscosas acordes a su condición y hábitat. Como resultado, entre 2016 y 2017 se rehabilitaron y liberaron 5.735 animales silvestres.

Maria Del Pilar Restrepo, subdirectora del Área Metropolitana del Valle de Aburrá, resaltó que el trabajo de reubicación se hace en conjunto con Corantioquia y Cornare, autoridades ambientales que actúan de acuerdo con las directrices trazadas por el Ministerio del Medio Ambiente.

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