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Don José quiere ser recordado por su música

Su sueño siempre fue ser artista y lo que más lo hace feliz en la vida es su guitarra, con la que recorre las calles de Medellín.

  • Pertenece al dueto Renovadores, pero hace unos 20 días trabaja solo, mientras su compañero se recupera. Don José no pensó que su caso fuera a ser tan reconocido. FOTO mariana benincore
    Pertenece al dueto Renovadores, pero hace unos 20 días trabaja solo, mientras su compañero se recupera. Don José no pensó que su caso fuera a ser tan reconocido. FOTO mariana benincore
10 de mayo de 2018
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“El restaurante está cerrado, vea”, dice don José, preocupado, mientras ve las noticias en compañía de su esposa María Vergara, su hijo y un nieto, de ocho años.

El sonido de la puerta interrumpe el silencio. “Ay, Dios mío”, dice María, quien se nota cansada de recibir a todas las personas que han llegado en las últimas horas, desde que se hizo viral un video en el que su esposo, José de Jesús López Ochoa, aparece como blanco de un acto discriminatorio en un restaurante de El Poblado, en Medellín.

“Vea, ya los de Taquino pidieron disculpas”, comenta Don José, mientras ve en las noticias una carta en la que los dueños del establecimiento público, que estará cerrado por unos días, le piden perdón. En el comunicado, los dueños del restaurante se disculparon con “quienes se sintieron ofendidos con lo ocurrido y, principalmente, con don José”, quien además reconoce la amabilidad de los propietarios del local.

Desde que ocurrieron los hechos, el pasado lunes 7 de mayo, la familia ha visto al abuelo en la televisión y no entiende “por qué no dejaron almorzar allá si él no estaba descalzo y estaba bien vestido”, comentaron los familiares. Esta semana ha sido diferente, la familia prefiere que se mantenga en casa, a donde han llegado personas, algunos desconocidos, a visitarlo e incluso con algunos regalos.

“Hasta en Estados Unidos lo conocen, imagínese”, contaron los familiares, quienes explicaron que un joven llegó con 500 mil pesos, de parte de una familiar de Estados Unidos que se enteró del caso e hizo la donación. También recibió un mercado y una guitarra.

En el momento en que no le permitieron sentarse en una mesa del restaurante a almorzar, después de haber cantado una canción, don José no pensó que el caso fuera a ser conocido. Cuando se enteró de la Ley 1482 de 2011, que menciona las sanciones sobre casos de discriminación, se preocupó e insistió en que “no quiere que le pase nada malo a los dueños del restaurante ni a los clientes” y que ya perdonó a quienes lo rechazaron.

Ser conocido por su talento

José de Jesús López Ochoa tiene 61 años y aprendió a tocar guitarra y a cantar hace más de 30 años, viendo a quienes sabían hacerlo. Nació en el barrio San José la Cima de Manrique y lo que más recuerda de su infancia es que se vestía diferente, “con pantalones corticos y alpargatas o tenis croydon”.

Don José tiene tres hermanos y una hermanita. Hace 37 años se independizó, cuando conoció a María en una fábrica de calzado, en la que trabajaban juntos. Fruto de ese amor que vive entre la música tienen cuatro hijos y tres nietos.

A sus 61 años, el hombre de cejas gruesas y mirada triste, se levanta temprano, se pone una camisa de manga larga y su sombrero café de cuero que no se quita hasta la noche. Desayuna y, siempre, a las 9:00 a.m, sale de su casa, en Campo Valdés, en búsqueda de los buses de Envigado, donde canta y toca su guitarra hasta el mediodía, cuando se dirige hacia los restaurantes de Envigado y El Poblado, a acompañar a los clientes de los mismos con música de los Visconti, los Pamperos y los Relicarios.

“Prefiero trabajar en restaurantes, porque en los buses de pronto me caigo con un frenón, en cambio en los restaurantes es uno parado”, dice.

Don José se hizo famoso sin su compañero de trabajo. Hace años tiene un dúo con don Antonio Montoya, quien no estaba con él cuando ocurrió el episodio, porque se está recuperando de una trombosis. “No tenemos que ensayar ni nada, porque ya tenemos experiencia”, cuenta José de Jesús, quien desde pequeño soñó con ser artista.

“Era normal que llegáramos a ese restaurante (Taquino) a tocar desde afuera, como tantas veces lo hemos hecho. La gente del local siempre ha sido querida con nosotros”, cuenta Antonio, quien se recupera y espera estar de regreso al ruedo en los próximos días junto a su compañero.

La mayor alegría de don José es tocar su música, su canción preferida es Mamá Vieja, “porque le trae recuerdos”. En su tiempo libre ve televisión, no se pierde las noticias y dice que no le gusta ver a nadie sufrir. Le teme a “una ira de Dios”, no le molesta la fama, pero quiere que lo conozcan por su talento y no por lástima o problemas .

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