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La firma McDonald’s anunció ayer una profunda reorganización de la compañía, en un intento por reinventar su estructura de gestión y generar el crecimiento ante los malos resultados financieros que viene acumulando.
“Los números no mienten”, reconoció el presidente de la compañía, Steve Easterbrook, al justificar el “giro radical” en la gestión de la cadena de comida rápida, que tiene distribuidos unos 36.000 locales en todo el mundo.
La firma, con sede en Oak Brook, en el estado de Illinois, una de las marcas más conocidas mundialmente, tuvo un descenso del 33 por ciento en sus beneficios en el primer trimestre y sus ingresos bajaron un 11 por ciento.
En un comunicado, en un vídeo explicativo y una conferencia telefónica con inversores, Easterbrook y otros directivos detallaron la reorganización de la estructura de la empresa, que quedará dividida en cuatro segmentos.
Uno de ellos será el de Estados Unidos, donde McDonald’s concentra el 40 por ciento de sus ventas, y los otros tres estarán repartidos en áreas geográficas según el desarrollo comercial que tiene la cadena de comida rápida, no por la vecindad de las naciones.
El área en la que McDonald’s tiene una posición establecida y que genera otro 40 por ciento de los ingresos, incluirá Australia, Canadá, Francia, Alemania y el Reino Unido.
Otra, con una expansión “relativamente alta” y que aporta el 10 por ciento de los ingresos, incluirá, entre otras naciones, China, Rusia y España.
El tercer segmento, que genera el resto de los ingresos, comprende un centenar de países en donde McDonald’s opera fundamentalmente con un modelo de franquicias.
El nuevo esquema regirá a partir del 1 de julio próximo. La firma anunció las figuras más importantes del grupo reestructurado, y entre esas designaciones el presidente de McDonald’s Estados Unidos, Mike Andrés, continuará como presidente de esa división.
Los planes de la empresa implican también aumentar la proporción de los restaurantes operados con franquicia, para pasar del 81 por ciento actual a el 90 por ciento hasta fines del 2018, lo que implicará revisar el estatus de unos 3.500 locales.
Unido a ello, la empresa anunció que reducirá sus gastos en unos 300 millones de dólares anuales, la mayor parte por el proceso de reestructuración y por el aumento en la proporción de locales que operan como franquicia.