Por Eamonn Maccann
Se asume ampliamente que el conflicto de Irlanda del Norte fue acordado en 1998 con la firma del Acuerdo de Viernes Santo. La guerra finalizó y los buenos ganaron.
Muchos americanos incluso hasta derivan algo de satisfacción por el papel que jugaron su presidente y grandes políticos americanos: el hombre principal del presidente Clinton, George J. Mitchell, lideró las negociaciones que llevaron al acuerdo.
Pero el acuerdo entregado por Mitchell contenía las semillas de su propia destrucción. En efecto, el Acuerdo del Viernes Santo asignó a cada persona en Irlanda del Norte al ala unionista o nacionalista, y las instituciones a cargo de la toma de decisiones que creó, la Asamblea de Irlanda del Norte y el Ejecutivo acompañante,...